Cualquier paisaje es un trozo de memoria. El  paso por el tiempo y los espacios han dejado una huella en mí formada por todos los colores, los sonidos, los perfumes y también las emociones que se generaron en cada momento y en cada lugar.

El mar es uno de mis escenarios preferidos. Casi siempre desde la orilla, buscando el horizonte si es posible al amanecer o la puesta de sol. Meter en la cámara un trozo de mar no es sencillo, si quiero que resulte especial y exprese lo que siento en ese momento. Parece que todas las olas, todas las nubes y todos los azules se repiten arriba y abajo del horizonte. Pero cada minuto es diferente, aunque el mar sea el mismo.

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