La primavera del 2020 me ha dejado sin flores nuevas, pero siempre se pueden recuperar algunas en los archivos antiguos.

Creo que las flores son la obra maestra de la Naturaleza.  Sus formas, colores, perfumes, tienen una fuerza casi mágica para atraernos. Me resisto a pasar por delante de alguna flor con indiferencia.

Me gusta rozarlas con las yemas de los dedos, acariciarlas, relajar la mirada sobre ellas y tratar de llevármelas en la cámara como recuerdo de los momentos sublimes que me regalan.

Estas fotos están hechas sólo para mí, sin pensar en cómo deberían hacerse.  Cada una de ellas tiene el secreto de un instante íntimo y efímero, que no se podrá repetir.

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